
Es cierto que en algunos momentos del devenir de los acontecimientos es invevitable el endeudamiento. En muchas ocasiones buscando una oportunidad de mejora, en otros, como algo de cara al futuro, como preparación para una inversión que nos lleve a nuevos horizontes y de ahí crear nuevas oportunidades.
El endeudamiento no siempre es un factor negativo: a veces inevitable y otras buscado, se puede tomar como el momento en el que acumulamos todo lo que podemos para realizar una apuesta fuerte (y parte de su resultado vendrá de nuestra capacidad de análisis, de la información de la que dispongamos y de la finalidad) para poder mejorar.
¿Qué debemos considerar si vamos a endeudarnos?
Debemos empezar por un proceso crítico de discriminación de factores.
En primer lugar que aquello a lo que vamos a optar no puede ser alcanzado mediante un lapso mayor de tiempo que nos permita hacer una estrategia de ahorro, dado que vamos a pedir un dinero que no tenemos para adquirir los bienes concretos y pagar ese mismo dinero más tarde con un interés o comisión adicionales sobre el montante original.
Ante esto se nos presentan varias reflexiones para examinar la pertinencia de la adquisición tales como:
Necesidad real. Confrontada al deseo o a la oportunidad no siempre justificada o pertinente en el momento.
Inmediatez. Si se trata de algo que necesitamos de inmediato o puede ser postergado hasta tener el efectivo.
El beneficio de adquirir el bien inmediatamente contrapuesto al pago de los intereses (es decir, si realmente representa un beneficio tal que justifique los intereses ulteriores).
Capacidad de respuesta a pagos de forma mensual para amortizar los pagos.
Contraprestación: no solo ya el beneficio que supone la adquisición de ese bien para el que nos endeudamos, sino también lo que tendremos que sacrificar o renunciar por ello.
Endeudamiento
Como nos menciona el blog de La Caixa el tipo de endeudamiento también debe ser considerarse:
Endeudamiento razonable: aquel que podemos afrontar, que supone un paso para generar unos ingresos.
Endeudamiento demasiado elevado, que supone el 30-40% de la renta disponible. Este es el que no nos podemos permitir y que será una rémora de nuestro crecimiento y algo en absoluto recomendable.