A la hora de vender una vivienda es habitual que el vendedor se vea superado por todo el fárrago que supone la tramitación de la venta, puesto que genera una importante cantidad de burocracia a la que enfrentarse.
Es por eso que la venta individual de una vivienda parezca una traba imposible de superar una vez se sabe cuántas cosas hay que hacer y contemplar y cuántos caminos burocratizados, plazos, pagos, impuestos, idas y venidas hay que hacer.
Es por eso que contratar a unos expertos en gestión inmobiliaria para supervisar toda la tramitación y ahorrarse quebraderos de cabeza sea la mejor solución. Son los que se enfrentan a diario a este ámbito de la gestión inmobiliaria los que pueden ayudar tanto en comodidad como en efectividad, puesto que todas las tramitaciones se realizarán con mayor prontitud y con un conocimiento exhaustivo de la ley, lo cual redundará en beneficio para el vendedor.
Los procesos, los impuestos y los plazos a veces se antojan como enrevesados, nunca fáciles de tener en cuenta y con mil y una pertinencias que tener en cuenta que en ocasiones el ajeno a ese mundo de lo legal ignora. De ahí que finalmente sea el experto en gestión inmobiliaria el que nos ilumine y trace el camino, indicando los plazos, los porcentajes, los pagos a Hacienda y cosas como el certificado energético, las cédulas de habitabilidad, el Registro de la Propiedad, el incremento del valor patrimonial… todas esas cosas que nos suenan a los profanos como alienígenas y de un vocabulario expresamente complicado.
No es así para estos expertos que, si bien, dicen de gestión inmobiliaria, realmente, esa cuota que se les paga por la gestión tiene como finalidad facilitarnos la vida obtener más por nuestras inversiones y nuestras ventas de inmuebles.