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La valoración de empresas

By 10 septiembre, 2019Noticias
Asesoramiento Patrimonial - Urbemar

Una operación de compra/venta de una empresa parte por establecer una adecuada valoración de la misma, atendiendo siempre a las partes implicadas: el empresario o vendedor, y el comprador o inversor. La valoración de empresa resulta ser una actividad profesional heterogénea en cuanto a la metodología utilizada. Entre otros,  porque el proceso de valoración  está sujeto a elementos internos y externos que componen o afectan a la empresa a valorar. De ahí, que el proceso se inicie mediante el desarrollo de un análisis sobre la empresa y su entrono, entre otros, analizando su:

  • Capacidad de crecimiento y de generar valor en el mercado.
  • Posición frente a su competencia.
  • Penetración en el mercado y capacidades futuras.
  • Capacidad y vías de monetización.
  • Recursos Humanos (RRHH) y profesionalización del mismo.
  • Organigrama.
  • Valor de su patrimonio.

Desde el punto de vista «externo», se tendrían en cuenta aspectos como en dónde realiza su actividad  la empresa y dónde está enfocado sus mercados, en el caso de contar con una expansión internacional.

En resumidas cuentas, se puede decir que esencialmente hay tres tipos de metodologías de valoración de empresas:

 El método de descuento de flujos

Se requiere de la utilización de planes de negocio construidos mediante esquemas determinísticos o probabilísticos. Los flujos que exhiben dichos planes son descontados con tipos de descuento que consideran variables tales como las primas de riesgo del propio negocio y del sector al que pertenecen, los tipos impositivos y los tipos libres de riesgo.

El método de multiplicadores 

Se desarrolla mediante la comparación de determinados ratios tales como los que relacionan variables como beneficios netos de impuestos y valor del capital (PE) o beneficio operativo (Ebitda) y valor empresarial.

El método de suma de partes

El cual establece el valorar el conjunto de activos de las compañías, incluyendo sus activos tangibles tales como sus bienes inmuebles y diferentes activos materiales y los activos intangibles (marcas, patentes, software, etc.)